domingo, 7 de diciembre de 2014

Los modelos de belleza y la autoestima de las mujeres.


Todos los estereotipos de la mujer que dominan en el mundo actual tienen una dimensión estética. Aunque las cualidades como ser dinámica, moderna, rebelde, inteligente, delicada, buena amiga y amorosa están presentes en algunos de los estereotipos, las cualidad más importante de la mujeres en los estereotipos de hoy son la juventud y la belleza. La mujer como símbolo de belleza está presente en casi todo tipo de publicidad. Y la belleza es una cualidad que se relaciona sobre todo con el cuerpo femenino que debe ser sensual y delicado, y se transmite la idea de que el cuerpo femenino es hermoso por naturaleza.
            La belleza es la característica más exigida en la publicidad de la televisión. Las mujeres que aparecen en los anuncios televisivos siempre son guapas y jóvenes, delgadas, con un cutis perfecto y sin arrugas. 

Pero lo terrible es que la imagen de la mujer que se promueve a través de los medios publicitarios con imágenes, no responde a las mujeres reales y, sobre todo, que el mensaje que se transmite es que solamente con un aspecto como el de la modelo las mujeres se pueden sentir contentas, orgullosas y seguras de sí mismas. Como si el mayor logro personal solamente se relacionara con el aspecto físico. 




Además, la mujer es utilizada como un objeto de deseo para el disfrute de los hombres. La mujer hermosa es asociada al atractivo sexual.

            Las consecuencias de la divulgación masiva de estos cánones de belleza femenina radican en el hecho de que, como en la vida real las mujeres no se corresponden con ellos, la insatisfacción, sobre todo en las mujeres jóvenes apenas en desarrollo, es muy aguda. Muy pocas mujeres tienen un cuerpo alto, delgado, con vientres totalmente lisos, sin imperfecciones en la piel, y un pelo hermoso que en la mayor parte de las modelos es rubio.


            Estudios realizados demuestran que un 90% de jóvenes de 15 a 17 años desean cambiar algún aspecto de su apariencia física, empezando por el peso corporal. Y estos datos se acentúan entre la población latinoamericana que responde aún menos a los cánones de belleza que responden a modelos nórdicos y caucásicos. Son datos alarmantes porque implican una baja autoestima de las jóvenes, que cada vez más frecuentemente actúan poniendo en peligro su salud, haciendo dietas, no comiendo o provocándose el vómito cuando lo hacen, todo con el fin de lograr una flacura extrema y antinatural.

 Se sabe que las muñecas Barbie con las que juegan las niñas de todo el mundo hoy en día, van creando en ellas un estereotipo de belleza, que si ya no es únicamente rubio, si es de una delgadez extrema y unas proporciones que no existen en la naturaleza femenina.





            Otro hecho notable, es que la publicidad y las revistas de moda promueven hoy como único valor además del de la belleza, el de la eterna juventud. A diferencia de lo que pasaba a mediados de siglo XX, en que se promovía que el modelo a seguir era el de la elegancia y la distinción, hoy las mujeres solamente pueden aspirar a parecer eternamente de 25 años, batalla perdida de antemano. Es por eso que la cirugía plástica se ha convertido en una práctica muy frecuente entre la gente con posibilidades económicas, pero que, al fin y al cabo, tampoco logra su objetivo.



            Afortunadamente, hoy en día se han iniciado campañas en muchos lugares del mundo, encaminadas a proteger la autoestima de las mujeres, intentando contrarrestar los efectos de la publicidad y los valores femeninos que ésta promueve. Textos y conferencias en las escuelas intentan proteger a las niñas, para que su desarrollo hacia la adultez sea sano y puedan vivir con el convencimiento de que su valía y su hermosura no están determinadas por la semejanza a unos estereotipos imposibles de alcanzar.


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