domingo, 7 de diciembre de 2014

Historia de los modelos de belleza.



El tema de los modelos de belleza femenina es interesante y muy importante para entender la influencia de los estereotipos de la mujer en nuestra sociedad. Los modelos de belleza han ido variando a lo largo de la historia, en relación directa con la economía y la cultura de cada sociedad y momento histórico.
            En las primeras sociedades agrícolas, la mujer estaba asociada a la fertilidad de la tierra y por eso las esculturas femeninas que conocemos de hace varios miles de años representan mujeres de pechos grandes y caderas anchas que resaltan la condición femenina y su capacidad de dar vida. Del Egipto antiguo, sabemos por las pinturas de la importancia del maquillaje, el peinado, la estilización de la figura humana. En la Grecia antigua la belleza se concebía a partir de proporciones matemáticas y simétricas. Para los griegos, el cuerpo era bello cuando todas sus partes estaban en proporción con la figura entera. Las figuras femeninas de las esculturas griegas son esbeltas aunque robustas pero siempre bien proporcionadas.






(Egipto)



En Europa, en la Edad Media, el ideal de belleza fue impuesto por las invasiones bárbaras del norte, y respondían a una belleza más germánica y nórdica de pieles blancas y cabellos rubios, torsos delgados, caderas estrechas y pechos pequeños; además, el cristianismo impuso un modelo de mujer recatada en las vestimentas y sin maquillaje. El Renacimiento rescató las ideas de armonía y proporción en la figura humana y en las pinturas y las esculturas volvió a mostrar la desnudez para resaltar la perfección de los cuerpos ideales.

(Renacimiento)

En los siglos XVII y XVIII los cánones de belleza se volvieron más complicados. Con el Barroco se impuso la coquetería y la fastuosidad: pelucas, maquillajes, perfumes, corsés, encajes, ropas suntuosas, zapatos de tacón, joyas, peinados elaborados. El ideal de belleza femenino se volvió sumamente artificial. El gusto fue por un cuerpo femenino más gordo: pechos resaltados por los corsés, brazos redondeados, la piel de la cara muy blanca y mejillas rosadas.


(Barroco)


            Desde entonces las modas en el cuerpo y el vestir de las mujeres en el mundo occidental han ido cambiando rápidamente. Con el imperialismo de las grandes potencias industriales a partir del siglo XIX los cánones de belleza de origen europeo se impusieron por todo el mundo, ya fueran los de cuerpos rollizos que sugerían riqueza y abundancia económica, o los de cuerpos delgados con vientres lisos que demostraban un nivel de vida alto que permite seleccionar los alimentos y tiempo libre para hacer ejercicio y preocuparse de la imagen. La blancura de la piel y el pelo rubio empezaron a combinarse con la afición por el bronceado con sol que también es muestra de las posibilidades económicas para vacacionar y tener tiempo para disfrutar y ejercitarse al aire libre.


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